miércoles, 22 de abril de 2009

Denostada desde el anonimato

Este lunes he encontrado en mi blog valoraciones negativas y anónimas hacia mi persona. No me llega el significado de las frases, pero si he captado la intención: agresividad contenida.
El sentido auténtico de ese escrito en mi propio espacio abierto, en el que me muestro tal y como soy y pienso, es herirme y desprestigiarme sin lograrlo. No lo ha conseguido.
Mi blog es libre, tanto que está abierto a cualquier comentario. Mi blog espera recoger opiniones genuinas, valoraciones con criterio, no falsedades o insultos. En lo profesional, que hablen mis pacientes con pseudónimo si quieren, con realidades y desde lo auténtico.
Mi blog espera osadía, no cobardía anónima. No es un espacio difundido, no está publicitado, no lo divulgo; tan solo permito ser encontrada. Es un rincón para librepensadores, no una vulgar gaceta sectaria, donde se transcriban sentencias de juicios sumarísimos.
De corazón, pienso que el encuentro entre seres humanos es valioso, siempre que se haga desde el respeto. En la confrontación de ideas, en el intercambio de opiniones es donde nos enriquecemos y crecemos como seres humanos. El crecimiento personal implica la aceptación de la crítica con respeto y con criterio.
La agresión es la respuesta desde la rabia, desde el dolor, desde la infelicidad, desde la falta de argumentos, desde la incapacidad intelectual.
Sigo declarándome profundamente esperanzada en el ser humano, en su autorrealización y en su evolución personal.
Quiero agradecer profundamente las muestras de solidaridad, afecto y respeto dirigidas a mi mail personal, con nombres y apellidos. Y especialmente quiero agradecer la defensa pública de quienes creen en mi y lo gritan a los cuatro vientos.