jueves, 16 de diciembre de 2010

Diferenciando relaciones de Control de las igualitarias

RELACIÓN DE CONTROL Y PODER, DESIGUALDAD/ VIOLENCIA
Cuando la otra persona...
· Se altera con facilidad, insulta y grita cuando discute por algo
· Siempre quiere tener la última palabra en las discusiones, no tiene en cuenta tus opiniones
· Trata de manipularte Respeta tus decisiones y busca un equilibrio entre sus deseos y los tuyos
· Te controla y busca tu obediencia
· Hace comentarios que te infravaloran
· Amenaza, te golpea o golpea objetos comunes, tus pertenencias o a algún animal doméstico cuando se altera
· Te inspira miedo
· Te prohíbe salir con amistades, familiares, o te exige que le pidas permiso para hacerlo
· Te prohíbe usar cierto tipo de ropa o se molesta si lo haces
· Tiene celos de todas las personas que se te acercan
· Presiona o te obliga a tener relaciones sexuales, aunque hayas dicho que no
· Si tenéis relaciones sexuales, la otra persona decide cuándo o cómo tenerlas
· No se responsabiliza de utilizar métodos anticonceptivos o de prevención de infecciones de transmisión sexual cuando tenéis relaciones sexuales
· Tiene ideas machistas
· Decide cómo usar el dinero de ambos, controla el dinero
· Actúa sin tener en cuenta tus sentimientos ni tu bienestar (por ejemplo, respondiendo afirmativamente a cualquier acercamiento sexual de otra persona aunque te exija fidelidad)
· La relación tiene mucho de control y dependencia y te cuesta pensar claro porque sientes como si fuera una adicción

RELACIÓN EQUITATIVA, COOPERATIVA, JUSTA, DE RESPETO, NO VIOLENTA
Cuando la otra persona...
· Dialoga y escucha ante los conflictos y se buscan soluciones que no sean abusivas para ninguna de las dos partes
· Respeta las diferencias, toma en consideración tus opiniones e ideas. Se expresa sin violencia y sin intimidar
· Respeta tus decisiones y busca un equilibrio entre sus deseos y los tuyos
· Valora tu libertad y tu capacidad para decidir y cuidarte por ti misma/o, aunque se preocupe por ti
· Te respeta y apoya, valorando tus proyectos o decisiones
· Respeta tu integridad física y moral y tus pertenencias o los objetos comunes
· Te inspira confianza
· Respeta tus relaciones con otras personas y se alegra del apoyo que te proporcionan
· Respeta y acepta tu forma de vestir, aunque no siempre le guste y lo exprese
· Confía en ti y en el valor de la relación que compartís
· Aunque exprese sus deseos, respeta los tuyos y, cuando no quieres tener relaciones sexuales, lo respeta
· Sólo se tienen relaciones sexuales cuando hay mutuo acuerdo y deseo
· Comparte la responsabilidad de controlar los embarazos y evitar las enfermedades de transmisión sexual. Respeta tu derecho sobre tu cuerpo
· Reconoce tu valor como ser humano, respeta tu cuerpo y tus sentimientos.
· Valora la equidad
· Comparte las decisiones económicas y sobre gastos
· Aunque persiga sus intereses y deseos, respeta los tuyos (por ejemplo, sabe decir no a acercamientos sexuales no deseados o no convenientes si se ha establecido este tipo de fidelidad en la pareja)
· La relación se basa en el amor, la amistad, el respeto y el cuidado mutuo, aunque haya conflictos

martes, 9 de noviembre de 2010

El arte de amargarse la vida

De Paul Watzlawick
Ciertas personas dan la impresión de estar particularmente dotadas para crearse problemas. No son gafes ni cenizos. No son víctimas de ningún mal de ojo ni se ha cebado en ellos la desgracia.
Simplemente, parecen decididas a amargarse la vida, con motivo o sin él. Arrastran su existencia convencidas de estar caminando por un valle de lágrimas donde no conviene dirigir la mirada al lado bueno de las cosas.
En los momentos de alegría piensan que no está el horno para bollos, y en los de infortunio se encuentran como el pez en el agua. Reciben los pequeños o grandes éxitos como presagios de alguna catástrofe que castigará su buena fortuna, y los fracasos como prueba irrefutable de sus oscuras teorías.
Los amargados en activo no tienen por qué haber sufrido en la vida una sobredosis de disgustos, contrariedades o desengaños. Ni siquiera padecen un trastorno anímico de orden depresivo. Muchos están sanos, son queridos y viven moderadamente bien; serían la envidia de infinidad de congéneres que no gozan de sus privilegios. Y sin embargo, se empeñan en mantener el gesto avinagrado, como si una fuerza superior les obligara a vivir instalados en el pesimismo.
De ellos se ocupó el pensador Paul Watzlawick en su libro ‘El arte de amargarse la vida’. Afirma Watzlawick que crearse un estilo personal atormentado es una operación relativamente fácil pero que exige su disciplina. Para no caer en la tentación de ser felices, dice, es menester seguir algunos consejos. En primer lugar, hay que convencerse de que somos víctimas de las circunstancias y de que todo lo que nos rodea conspira para causarnos daño.
Hay que buscar culpables en los padres, los amigos, la pareja o, apuntando más alto, Dios, el destino, la naturaleza o los genes. Eso nos dispensa de toda responsabilidad al tiempo que nos proporciona el sumo placer de sabernos condenados a la desgracia perpetua. Es útil también negarse a vivir el presente y permanecer aferrados a los infortunios y los agravios del pasado, o bien anticipar el futuro, a condición de que sólo pronostiquemos reveses.
Hay que convencerse de que no hay más que una opinión acertada –la nuestra, por supuesto– y de que todos los demás están errados. Por eso no hay que escatimar reproches, acusaciones y desaires, a ser posible expresados con enfado.
Si no tiene problemas, el aspirante al título de amargado tiene que saber creárselos. Para lograrlo es recomendable ir llenando la propia vida de complicaciones reales o figuradas. Ocasiones no le faltarán: si no tiene un triste enemigo en el que depositar la causa de sus lamentos, siempre habrá un grifo que gotee, una tarde de lluvia o unos vecinos ruidosos de donde sacar la conclusión de que el mundo es un desastre.
Unos toques de obsesión no vienen mal: por ejemplo, se toma de nuestro recuerdo un suceso negativo, se le da vueltas, se rumia y se cultiva hasta conseguir marcarlo a fuego en la mente, y lo demás viene ya rodado. Eso nos permite no pensar en otras cosas y registrarlo todo como una derivación –negativa, claro está– de la fatalidad pretérita. Pero al mismo tiempo también hay que fustigarse un poquito a uno mismo; aunque no tengamos la culpa, carguemos con una parte de ella. Sintámonos inútiles, fracasados, nocivos, compadezcámonos de nosotros mismos, no nos concedamos ni un ápice de perdón. De ese modo tendremos garantizada la irritabilidad en todo momento.
Carácter de cascarrabias
La ventaja de las ideas negativas es que son muy pegadizas. Una vez que nos acostumbramos a ellas, no nos abandonan. Así que forjarse un carácter de cascarrabias malhumorado no plantea gran dificultad y en cambio ofrece innumerables ventajas. Permite no andar persiguiendo la superación interior, no tener que rendir cuenta más que a la propia desdicha, librarse del deber de hacer la vida más llevadera a los otros y, sobre todo, mantener una digna pose de sufridor, cosa que por cierto goza de alto predicamento intelectual y estético.
Pero el amargado no alcanza la perfección si se limita a torturarse a sí mismo. Para redondear su figura debe amargar la vida también a los que le rodean. En este sentido, son de suma utilidad tres papeles distintos pero complementarios.
El primero es el de la víctima lastimera, que capta la atención ajena con la exhibición de sus llagas y mantiene a los otros en vilo obligándoles a compadecerle, chantajeándoles con sus penas y forzándoles a cuidarlo y protegerlo.
Da mucho juego también el papel del inquisidor, siempre presto a encontrar defectos y hacer recriminaciones, que humilla a los demás de palabra, obra u omisión. Y el más sutil de todos es el salvador, de apariencia servicial, dispuesto a sacrificarse por el otro, a beber el cáliz de la imperfección ajena, a hacer favores, pero que luego exigirá una recompensa por ello.
El caso es vampirizar a los demás para, una vez haberlos amargado, reforzar el convencimiento propio de que todo es un cúmulo de sinsabores.
«Llevar una vida amargada es algo que le puede pasar a cualquiera; pero amargarse la vida a propósito es un arte que se aprende», concluye Watzlawick. Un aprendizaje perverso, sin duda. Pero cómodo.

domingo, 7 de noviembre de 2010

BLOGUERA CUBANA


Este enlace te apróxima al blog de esta interesante mujer
Yoani Sanchez
Mi perfil

sábado, 15 de mayo de 2010

Las entidades financieras, nuestras dueñas



De nuevo los trabajadores debemos apretarnos el cinturón. Abonaremos los desaguisados que las entidades financieras organizaron globalmente. Como siempre la clase trabajadora sale perdiendo y los propietarios del mundo goleando nuevamente.
Ellos son los poseedores de la tierra, ellos son los que con sus juegos financieros para poseer más nos han traído hasta aquí. Ahora ellos vuelven a ganar. No van a abonar los costes que sus desaguisados causan. No se responsabilizan en absoluto de sus errores. Ellos tienen el poder porque ellos son los dueños.
¿Qué podemos hacer nosotros? Tenemos que reflexionar.
Yo creía que hay diferencias entre el modo de gobernar de la izquierda y la derecha. Yo pensaba que ser progresista, nos debiera llevar a acordar diferentes modos de gobernar. Pero estoy muy cabreada porque no encuentro aún esta diferencia en este momento.
Los financieros de Europa y los de Estados Unidos sobre todo causaron este desastre, ¡pues que lo paguen ellos! y no la clase trabajadora.
¿Quien tiene alguna idea para lograrlo? Ahora es cuando debemos realizar las auténticas aportaciones, porque estos tiburones vienen a por nosotros...

domingo, 25 de abril de 2010

Gernika: mi corazón de perdedora








"Cuando pasó el bombardeo, la gente salió de sus refugios. Nadie lloraba. Sus rostros mostraban asombro. Ninguno de nosotros podía comprender lo que veía. Al ponerse el sol, aun no podía verse más allá de los 500 metros. Por todas partes causaban estragos las llamas y ascendía un pesado humo negro"

Aún me extremezco cuando pienso en lo que sintió mi abuela mientras veía caer su casa. Se quien soy y se de donde vengo y se que es de casualidad. Hoy he visto un primer plano en la ETB a mi madre con sus hermanos, con los supervivientes. Todos ellos en Gernika, con los suyos.
Se que debemos perdonar para poder seguir viviendo, pero no puede ser de este modo, sin reparaciones, sin justicia... Y a mi aun me duele, por ambos lados mi corazón es perdedor.

Entre fascismo y claveles


Hoy hemos salido a la calle para protestar por fin porque además de no cerrar las heridas, les arrojan sal. Se deben ilegalizar los partidos políticos que no condenen el terrorismo franquista. Esta tarde he visto ancianos y ancianas gritar a pulmón lleno. He visto caer lágrimas en silencio como todo sucedió.
Los perdedores pensamos que la generosidad iba a ayudar a olvidar. No se olvida, no se puede sin justicia.
Mañana Portugal celebra su revolución de los claveles. Cantemos con ellos.

domingo, 31 de enero de 2010

POBRES VERGONZANTES Y ANCIANOS VENIDOS A MENOS

LOS POBRES VERGONZANTES Y LOS ANCIANOS SOLITARIOS VENIDOS A MENOS YA TIENEN DEFENDORAS: LA ASVAM.
Con gran sorpresa me encuentro que el boe publica los estatutos de esta asociación. Me extraño al leer lo de los pobres vergonzantes y los ancianos venidos a menos. Y volvemos a lo mismo, ¿de donde les nace ese ideario a las damas de la alta sociedad y monarquicas? Lo cierto es que cuando menos es curioso, para ellas es esencial la cuna por lo que se ve, lo digo por lo de "vergonzantes". Y que me decís de lo de venidos a menos... que es eso de venidos a menos... No tengo ganas ni de pensar, esto de verdad me bloquea y justo con lo de Haití... ellos si que son venidos a menos...


Cuarto.–El Patronato de la Fundación esta constituido por los siguientes miembros, con aceptación de sus cargos:
Presidenta: Doña Leticia de Borbón de Rojas.
Vicepresidente: Doña Oliva de Borbón y Rueda.
Secretaria: Doña Cristina de Figueroa Borbón.
Vocal: Doña Beatriz Bullón de Mendoza Gómez de Valugera.
Quinto.–El domicilio de la entidad radica en la calle Jorge Juan, número 19, 5º izquierda, de Madrid, y su ámbito territorial de actuación, según consta en el artículo 5 de sus Estatutos, será todo el territorio del Estado Español.
Sexto.–El objeto de la Fundación queda determinado en el artículo 6 de los Estatutos, en la forma siguiente:
Los fines de la Fundación consisten en: «atender y cuidar a pobres vergonzantes y ancianos solitarios venidos a menos, que vivan solos o en condiciones precarias, con su familia o con personas a quienes también estorban, o en residencias que tienen deficientes condiciones de higiene y en donde, además les traten mal, atendiendo primero a las mujeres, y preferentemente a las que tuvieron una buena posición, con preferencia a las personas de la condición social que tuvo la extinta Excma. Sra. Marquesa de Balboa, que necesitan ayuda y no se atreven a solicitarla o no lo consiguen».