martes, 19 de agosto de 2008

Dos semanas



Este verano vamos a pasar un par de semanas aquí; no solemos pasar tanto tiempo seguido porque nos movemos a otros lugares, pero me gusta estar aquí. Casalarreina ha sido muy importante en mi vida, bueno y malo; no se porqué motivo, pero fueron "primeras veces" para los ritos de iniciación y para el aprendizaje de la vida. Aprendí a andar en bicicleta. Primeras vacaciones solas y con la libertad ampliada que disfrutabamos con nuestra abuela a los catorce años. Nuestros primeros chicos, nuestros primeros cigarrillos, primeras copichuelas, primeros bailes... esos pequeños pasos que te van conduciendo por la adolescencia hacia la juventud.
Todo eso es para mí Casalarreina y mucho mas, porque ahora lo disfruto con mi compañero de vida y con mi familia, estén o no presentes.

domingo, 17 de agosto de 2008

Casalarreina

Casalarreina Julio de 1976

Si esa imagen hubiese sido tomada en la actualidad, detras de nosotras aparecería la que hoy es nuestra casa de vacaciones. Justo al lado del palacio de los condestables, que acaba de derrumbarse o ser derrumbado por las obras del nuevo parador, hotel o similar. Les ha dado por construir hoteles con encanto en este pueblo... pero entonces tan solo estaba el río y los chopos; los mismos que hay justo detrás de la ventana, donde intentan colgar las cortinas Josu y la ama, mientras Javi observa y yo hago fotos...
Yo, ya no soy la misma, ni Margary, ni venimos ya juntas. Sigo en familia con Javi, con mi madre, mi hermano y su amigo que es mi marido.

sábado, 2 de agosto de 2008

Maritxu


Maritxu llegará en octubre como su abuelo. Después de treinta y un años nuestra familia crece de nuevo. Las pérdidas sumaban mucho mas. El aitá no estará aquí para hacerle reir ni para cantarle, no estará para acunarle, no conocerá a su nieta.
Nosotras y nosotros haremos que ella sepa de su abuelo. Le mostraremos su trompeta, su música. Correremos con ella delante del "zezen-zuzko", (los toros de fuego que salen tras los fuegos artificiales, en la semana grande de Donosti), como hacía el aitá con todos nosotros; parecía un niño mas, disfrutaba como nadie corriendo delante del fuego...
Le pondremos mote a ella y a sus amigas y amigos como hacía su abuelo, le haremos reir, le haremos bromas, le contaremos lo de las peladuras de naranjas, lo del extraperlo del café, y sobre todo le enseñaremos a ser curiosa como su abuelo, cabal como el decía que había que ser. Alguna vez se nos escapará un gruñido...
Le enseñaremos a amar, a proteger, a valorar a su familia por encima de todo... como el lo hacía: nos lo enseñó haciéndolo.