
Es terrible que esto suceda. Es doloroso porque es una cuestión de suerte, suerte de nacer, vivir y estar en el lugar adecuado. Cualquiera de nosotras, nuestras hermanas, hijas, sobrinas, amigas, nuestras mujeres, nuestras niñas, incluso alguno de nuestros niños podrían haberse visto enredados en esta locura, en esta exclavitud. Nuestra sociedad, nosotros, nosotras debemos actuar, gritar, movernos y hacer lo necesario para acabar con ello.
Legalizar la exclavitud no es la vía según mi criterio; hay quien opta por buscar la cobertura legal en el convencimiento de que es parte del camino a recorrer.
En nuestra sociedad hay muchas realidades con las que debemos acabar, la muerte, el abuso, la violencia, la pobreza, la exclavitud, la explotación sexual, las armas, el narcotráfico y las drogas...
Y es terrible que la mayoría de ellas nos azotan particularmente a las mujeres.
Y es terrible que la mayoría de ellas nos azotan particularmente a las mujeres.
